domingo, 29 de marzo de 2015

No seré más que palabras

Escribir es como someterse a andar desnuda por ahí. Con esa o semejantes expresiones varias personas han recibido este ya tan abandonado blog. Yo había creído durante años lo mismo, hasta que entendí que quiero hacer de mí una vouyerista de la letra visible, porque escribir es ante todo desnudarse para sí, ya lo que en el camino vean otros poco importa, o hasta placer da.

Durante siglos la escritura ha sido el lenguaje de los dominantes, de esos que signaron con pluma, imprenta y sangre los caminos que tantos cuerpos habrían de recorrer. La escritura ha sido la voz de esos que hicieron inaudibles nuestras voces. Pero muchas de esas voces se revelaron. Varias de ellas, justo antes de gritar, escribieron. Lo hicieron en lenguajes no siempre descifrables, o emprendieron la tarea a hurtadillas, en cualquier rincón, sobre cualquier superficie, bajo la luz de una vela, ante una sensación de angustia y desconcierto. Lo hicieron como forma de recuperar la vida. Esa vida que no es más que palabras y casualidades. Cuando mi memoria se nuble, cuando todo y todos se hayan ido, solo me tendré a mí y a mis líneas. Y no seré más que palabras.

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